sábado, 29 de diciembre de 2012

El secreto de sus ojos

Por Mateo Pérez López
Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid)
III Concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-Biblioteca de Derecho UAM

En la película «El secreto de sus ojos», se trata el tema de las penas en general. La película habla de una violación y asesinato de una mujer y de la sentencia que le dan al autor. Se podría decir que la sentencia queda completamente suprimida ya que, a pesar de la condena impuesta y de las numerosas denuncias, el asesino acaba por ser guardaespaldas de un juez. La pareja de la víctima al enterarse de los hechos lo secuestra y lo encarcela en su casa de por vida, pero este hecho no es conocido hasta el final de la película.

Lo que la obra hace es un critica a la sentencia, ¿qué merece alguien que ha matado y violado a una persona? ¿Solo se le debe acusar de homicidio? ¿Merece la pena de muerte? En mi opinión la sentencia debería ser una cadena perpetua, ya que es la manera que, en el fondo, más daño hace al homicida sin salirse de la ética social.

Condenar a alguien a la pena de muerte sería algo éticamente incorrecto, pues sería pagarle con la misma moneda. Aunque parezca lo correcto, creo que acabar con la vida de alguien no es adecuado. Por otra parte, como se comenta en la película, el acabar con la vida de esa persona sería un favor porque para él todo se acaba, sin embargo si se le castiga con un encarcelamiento de por vida o al menos de unos cuantos años, el daño y el sufrimiento es mayor. Asimismo está el tema de la tortura, es algo éticamente incorrecto también, y por lo tanto prohibido en nuestra sociedad.

En un momento de película, como ya comente antes, el acusado pasa de la cadena perpetua a ser guardaespaldas y quedar en libertad y esto es algo que pasa en la vida real. Cómo puede haber gente que cometiendo atroces homicidios queden en unos pocos días o incluso horas libres y algunos todavía sin cargos. Es algo que bajo ningún concepto debe ocurrir, todas aquellas personas que hayan cometido asesinatos deben pagarlos, de alguna manera o de otra, pero deben pagarlos, y no debe haber ninguna razón por la que perdonarlos tan sumamente pronto sin que hayan cumplido dicho castigo y por supuesto no debe influir a la hora de la sentencia ningún tipo de relación, amistad, afecto o apego. 

A diferencia de otros países, en el nuestro la pena de muerte no está legalizada. En Estados Unidos lo está, y más de la mayoría de la población no está de acuerdo con esta ley. Aunque sean muy pocos los que son condenados a ella no todos de ellos son culpables. «De cada seis personas que hemos ejecutado en 20 años, una de cada ellas es completamente inocente» explicó Richard Dietes, director del Centro de Información sobre la Pena de Muerte. Esto muestra que hay muchos países que su sistema penal no es del todo seguro.

Como conclusión he de decir que el actual sistema penal en nuestra nación es un sistema del cual no nos podemos quejar pues está bastante bien organizado y consolidado. Como todo tiene fallos que a simple vista parecen fáciles de solucionar pero es completamente imposible tener a todo el mundo de acuerdo y por lo tanto tal y como está estructurado este sistema me parece ideal.  Lógicamente yo también cambiaria algunas cosas como por ejemplo el poco castigo que reciben muchos que merecen incluso la muerte, pero eso ya hemos dicho que no es adecuado. Por otro lado están las equivocaciones que cometen muchos jueces al dictar la sentencia ya sea para bien o para mal, pero eso sí que es difícil de saber, y por lo tanto, aunque muchos inocentes estén pagando el castigo de otros que lo merecen no me quejo porque son muy pocos.

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