martes, 13 de septiembre de 2011

Un motín, un hombre atrapado, un único objetivo: sobrevivir

Con estas palabras se daba a conocer «Celda 211» (2009) ganadora de ocho premios Goya en el 2009, entre ellos: mejor película, mejor director, mejor actor (Luis TosaCarátula de la película Celda 211r) y mejor actor revelación (Alberto Ammann). Dirigida por Daniel Monzón, la película se basa en la novela homónima de Francisco Pérez Gandul, editada en el año 2004 y galardonada con el Premio Memorial Silverio Cañana en 2005.

La trama comienza cuando Juan Oliver apodado «Calzones» (Alberto Ammann) un día antes de incorporarse a su puesto de trabajo como funcionario de prisiones acude a la prisión sevillana en la que está destinado para presentarse y conocer a sus compañeros. Una vez allí, se produce un motín encabezado por Malamadre (Luis Tosar) uno de los presos más peligrosos y temidos por todos. Al desencadenarse el amotinamiento Juan, herido accidentalmente e inconsciente, es abandonado por sus futuros compañeros en la celda número 211. Cuando el protagonista recupera la consciencia y comienza a comprender lo que sucede en la prisión, se ve obligado a hacerse pasar por un preso más para lograr salvar su vida.

La película, a pesar de la gran aceptación por parte de los espectadores, no convence a todos por igual y sorprende, por ejempimagen de la película Celda 211lo, que el preso más astuto y cauto de la prisión confíe ciegamente casi desde el principio en un nuevo interno, o que en cuestión de horas un joven honrado más bien tímido y sin mucha iniciativa se convierta en un asesino carente de escrúpulos. Desde las negociaciones en las que se utilizan presos etarras como moneda de cambio, pasando por las reivindicaciones de mejoras en las condiciones de los presos «FIES» o el encubrimiento entre compañeros, la película no solo muestra prácticas corruptas y abusivas por parte de algunos funcionarios, sino también las atrocidades que son capaces de cometer los encarcelados.

No debemos olvidar que los tratos abusivos por parte del imagen de la película Celda 211personal funcionario están sancionados en el artículo 173.1 del Código Penal, del tal forma que: «el que infligiera a otra persona un trato degradante, menoscabando gravemente su integridad moral, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años. Con la misma pena serán castigados los que, en el ámbito de cualquier relación laboral o funcionarial y prevaliéndose de su relación de superioridad, realicen contra otro de forma reiterada actos hostiles o humillantes que, sin llegar a constituir trato degradante, supongan grave acoso contra la víctima».

La reinserción de los presos es un tema recurrente en las películas carcelarias y la Constitución Española no ha dejado el tema de lado, así el artículo 25.2 recoge que: «las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados». Sin embargo, ¿son las cárceles españolas capaces de reinsertar a los presos en la sociedad? Lo cierto es que las viendo las noticias o leyendo los diarios la respuesta a esta cuestión no puede ser más desalentadora.

Al hilo de uno de los puntos principales de la película nos gustaría incidir someramente en el régimen de los presos «FIES» a los que nos referíamos anteriormente. El Fichero de Internos de Especial Seguimiento imagen de la película Celda 211(FIES) se creó a principios de los años noventa con el fin de almacenar datos de carácter personal de presos muy conflictivos. Sin embargo, más adelante, con la Instrucción 21/1996 de 16 de diciembre de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias que recogía normas de carácter general sobre seguridad, control y prevención de incidentes relativos a internos muy conflictivos y/o inadaptados, se amplió la condición de presos FIES y se modificó en cierta medida el régimen carcelario de los mismos, con el fin de lograr un mayor aislamiento. Todo ello trajo consigo reducciones en las horas que los internos pasaban al aire libre, el número de visitas o, por ejemplo, la cantidad de llamadas telefónicas que estos podían realizar al exterior.

El apartado primero de esta Instrucción, no exenta de polémica, fue declarado nulo por la Sentencia del Tribunal Supremo, de 17 de marzo de 2009, según la cual las: «circulares o instrucciones, al carecer de la naturaleza y de las garantías de las normas jurídicas o disposiciones de carácter general, no son medio idóneo para regular derechos y deberes de los internos en los centros penitenciarios». Por todo ello, «se excede del cometido y finalidad de los denominados «reglamentos administrativos o de organización» para adentrarse en el ámbito reservado a la ley y a sus reglamentos ejecutivos, rodeados estos de unas garantías en su elaboración y requisitos de publicidad de los que aquélla carece [...]».

Finalmente para solucionar este conflicto, el Reglamento Penitenciario aprobado por Real Decreto 190/1996 de 9 de febrero fue modificado por el Real Decreto 419/2011, de 25 de marzo. Esta norma, entre otras modificaciones, introduce en el artículo 6 del Reglamento Penitenciario un apartado cuarto según el cual: «la Administración penitenciaria podrá establecer ficheros de internos que tengan como finalidad garantizar la seguridad y el buen orden del establecimiento, así como la integridad de los internos. En ningún caso la inclusión en dicho fichero determinará por sí misma un régimen de vida distinto de aquél que reglamentariamente corresponda.»

domingo, 4 de septiembre de 2011

Sobre cine, instrucción militar y conflictos armados

El pasado 27 de julio de 2011 se aprobó la Ley Orgánica 9/2011, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas. En relación a ella y a algunos de los hechos que se narran en diversas películas que a continuación citaremos haremos algunas reflexiones relativas a la instrucción de los soldados y su comportamiento en tiempos de guerra.

Lee Ermey en la Chaqueta Metálica«La chaqueta metálica» (1987) de Stanley Kubrick es una película de carácter antibélico basada en la Guerra de Vietnam. Existe una división clara en este film entre el duro adiestramiento a que son sometidos los reclutas, y su posterior envío al conflicto bélico. Como hemos dicho, la primera parte se centra en la fase de instrucción en la que el Sargento Hartman (Lee Ermey) utiliza métodos inhumanos y crueles para crear verdaderas máquinas de matar. De hecho, se puede apreciar cómo se produce una transformación en los reclutas y especialmente en Leonard Lawrence Cateto a Babor(interpretado por Vincent D'Onofrio) quien, al inicio de la instrucción podría considerarse como torpe, bonachón e inofensivo. Sin embargo no se trata de un cambio a soldado ejemplar como ocurriera con Miguel Cañete (Alfredo Landa) en «Cateto a babor» (1970) sino que, en este caso, pierde el juicio por completo.


Su locura está provocada, sin duda, por las humillaciones y castigos a loVincent d'Onofrio en la Chaqueta Metálicas que es sometido para «corregir» su actitud poco preparada para la disciplina castrense. En nuestro país, tales vejaciones están actualmente prohibidas por la Ley Orgánica 9/2011: «artículo 10. […] Se deberá respetar la dignidad personal y en el trabajo de todo militar, especialmente frente al acoso, tanto sexual y por razón de sexo como profesional» pero han sido una práctica habitual en los ejércitos de todo el mundo. Además se nos antoja que la imagen de Kubrick de la instrucción tiene firmes argumentos para estar próxima a la realidad ya que está basada en la única novela de Gustav Hasford. Este escritor, que fue fotógrafo de guerra de los marines de los Estados Unidos durante el conflicto de Vietnam, sin duda vivió de cerca muchos de los hechos que se narran. Un aspecto curioso de esta película es que todos los exteriores fueron grabados en el Reino Unido pues Kubrick no abandonó la isla desde los años 60 hasta su fallecimiento.

Ante tratos excesivamente duros y crueles en España el artículo 16 de la Ley Orgánica 9/2011 establece el derecho de petición de los militares que es desarrollado en el artículo 28: «1. El militar podrá plantear iniciativas y quejas relativas al régimen de personal y a las condiciones de vida, de acuerdo con lo que se establece en este artículo y en su desarrollo reglamentario, sin perjuicio del mantenimiento del conducto regular […]». Otra cosa, claro, es cómo se regule este derecho posteriormente y cómo se atiendan dichas peticiones. De cualquier modo estas peticiones solo se pueden realizar a título individual.

Sin embargo, condiciones diferentes son los tiempos de guerrMartin Sheen en Apocalypse Nowa. En «Apocalypse Now» (1979) de Francis Ford Coppola, también se narra la transformación del Capitán Benjamin L. Willard (Martin Sheen) de un modo similar a la ocurrida con el Coronel Kurtz (Marlon Brando), al que tenía por misión eliminar. Sin embargo este cambio puede ser fruto de lo que las atrocidades de la guerra provocan en los hombres y no de la instrucción. Al mismo tiempo se ilustra el sinsentido de las guerras y el descontrol que se produce en las mismas, en muchas ocasiones, muy alejado de la tan citada disciplina militar.

Carátula de JarheadEn «Jarhead, el infierno espera» (2005) de Sam Mendes también se muestra este clima de indisciplina a que nos referimos. En el caso de esta película se trata de la Guerra del Golfo pero los soldados de la historia viven el conflicto de un modo muy diferente al que narran los habituales filmes bélicos. Un ejemplo de ello es la fiesta que organizan en pleno campo de batalla en la que se consume todo tipo de bebidas alcohólicas y que les lleva a volar un polvorín de forma accidental. De esta película son también destacables los resultados de los bombardeos indiscriminados y la actitud de los militares ante tal destrucción.

Para concluir, solo citar que, según la legislación militar española (Ley Orgánica 8/1998, de 2 de diciembre, de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas), el consumo de bebidas alcohólicas está totalmente prohibido, y, por supuesto, también está penada la negligencia en que incurren con la voladura del polvorín (artículo 8 de la citada Ley Orgánica). Suponemos que por las consecuencias que tiene para el soldado Anthony Swofford (interpretado por Jake Gyllenhaal) en Estados Unidos estos hechos están penados de un modo similar.