viernes, 28 de diciembre de 2012

El secreto de sus ojos y la responsabilidad penal

Por Sara Peribáñez Domínguez
Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid)
III Concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-Biblioteca de Derecho UAM

«El secreto de sus ojos» es una película que se centra en muchos temas diversos. No solo se basa en un asesinato sin más, sino que habla también de lo que realmente es la justicia.

En la película se expone la historia de un abogado  (Benjamín Espósito) que tras haberse jubilado decide escribir una novela sobre el asesinato de una joven del que se encargó unos años atrás. Después de encontrar al culpable, este, fue puesto en libertad en muy poco tiempo. Espósito, consciente de que era muy injusto, se lo anunció al marido de la joven asesinada. Al final de la película descubrimos que el marido de la joven se había tomado la justicia por su mano encerrando al criminal en su casa de por vida, como si fuera la cadena perpetua que Espósito le dijo que el delincuente  se merecía. 

De esta manera, se plantea durante el film si verdaderamente el asesino debería tener esa sanción o por el contrario, podemos justificar que no era consciente de sus actos, por tanto no se merecía esa sanción.

El asesino no solo fue el autor de la muerte sino que además perpetró una violación que la grabación muestra mediante unas imágenes muy duras. Teniendo en cuenta que existen crímenes más graves, podemos admitir que todo asesinato merece su condena, debido a que son actos que son pagados con la vida de un individuo, es decir, es una violación del derecho humano más importante de todos: el derecho a la vida. Asimismo podemos explicar el hecho de que el marido de la joven decida encerrar a este personaje.

No obstante ¿podemos establecer que el culpable era consciente de sus actos? Claramente el individuo tenía una enfermedad mental que le ha podido conducir a realizar estos acontecimientos. De esta forma diremos que el personaje no merecía realmente esa sentencia porque él no era el culpable de poseer esa enfermedad mental.

Finalmente llegamos a la conclusión de que esta persona ha cometido un asesinato grave pero ¿era verdaderamente libre de elegir ese final?  Lo único que no sabemos es si esta persona estaba en condiciones o no de elegir y tomar decisiones, por esta razón no podemos condenar o declarar en libertad a esa persona, porque no sabemos si somos libres o no, o simplemente actuamos por instinto y por dónde nuestra mente nos guía y nos lleva.

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