martes, 27 de diciembre de 2011

Adjudicación de los premios del II concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM

Los responsables de la Biblioteca de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid y los Editores del blog Derecho y Cultura han decidido otorgar los premios de este II concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM a los siguientes participantes:

Primer premio a la mejor entrada: 10 libros a escoger de la lista facilitada en Listado de libros, otorgado a Alba Noguerales Elviro, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), por su entrada «Salir de la concha y enfrentarse a la realidad».

Asimismo se han otorgado dos segundos premios:

Segundo premio a la segunda mejor entrada: 5 libros a escoger de la lista facilitada en Listado de libros, otorgado a Alba Vaquero Bernardo, Estudiante de Derecho, Facultad de Derecho UAM, por su entrada « Tiempos modernos: la máquina de comer Beloux».

Segundo premio a la segunda mejor entrada: 5 libros a escoger de la lista facilitada en Listado de libros, otorgado a Blanca González Mariscal de Gante, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), por su entrada «Reflexión sobre la película A ciegas».


Damos la enhorabuena a los ganadores. Lamentablemente aún no podemos ofrecer la información correspondiente a la fecha y el lugar de la entrega de los premios. Previsiblemente se realizará el día 13 de enero. No obstante la fecha, hora y el lugar exactos se publicará en este blog y se anunciará a los ganadores.

Asimismo aprovechamos esta entrada para animar a los lectores a participar en la nueva edición del concurso que se anunciará debidamente en este Blog.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Participantes del II Concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM

El plazo de presentación de entradas para la segunda edición del concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM se cerró el pasado 15 de diciembre de 2011. Los premiados se harán públicos el próximo 27 de diciembre de 2011 y, a la vez, se anunciará la celebración del acto de entrega de premios. Los participantes (por orden cronológico de publicación de su entrada) han sido:

Úrsula Gámez Carrillo, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), con su entrada:
- «Nosotros, los otros, imágenes de ciudadanía y exclusión»: La Ceguera


Iria García Pérez-Cruz
, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), con su entrada:
- «El gen egoísta»

El gen egoísta


Beatriz Coronado Sanz, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), con su entrada:
- La ceguera

La ceguera


Paloma Heredia Acosta, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), con su entrada:
- Reflexión sobre la película «A ciegas»


Carlos Amo Martínez, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), con su entrada:
- «A ciegas»

A ciegas


Ángel Paniagua Tarancón, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), con su entrada:
- «A ciegas»

A ciegas


Blanca González Mariscal de Gante, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), con su entrada:
- Reflexión sobre la película «A ciegas»


Alba Noguerales Elviro, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), con su entrada:
- Salir de la concha y enfrentarse a la realidad

Salir de la concha


Juan José Peset Pérez, Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid), con su entrada:
Nosotros


Alba Vaquero Bernardo, Estudiante de Derecho, Facultad de Derecho UAM, con su entrada:
- Tiempos modernos: la máquina de comer «Beloux»

Tiempos modernos

lunes, 19 de diciembre de 2011

«Derecho y cultura: en torno a una definición y nexos de unión entre ambos conceptos»: primer artículo en la ROED

ROEDEl pasado 7 de diciembre de 2011 se publicó en la Revista Online de Estudiantes de Derecho (ROED) la primera colaboración de los editores de este Blog en dicha revista bajo el título «Derecho y cultura: en torno a una definición y nexos de unión entre ambos conceptos» que se encuentra disponible en la sección «Derecho y Cultura» de la citada revista. Esperamos que nuestra modesta aportación sea del gusto de nuestros lectores, a continuación incluimos un breve resumen extraído del artículo que hemos elaborado:

«Con este trabajo pretendemos arrojar un poco de luz en torno a las definiciones de cultura, tarea que, como veremos, se presenta harto difícil por la enorme variedad de vínculos con las distintas ramas de las Ciencias Sociales. Pero sobre todo, pretendemos establecer y aclarar los nexos de unión entre el Derecho y la cultura. Cultura es un concepto muy amplio que abarca numerosos ámbitos por lo que estudiarla en su conjunto resulta prácticamente imposible, de ahí que, a pesar de hacer un esbozo en este sentido general, en el trabajo nos centremos en tres ámbitos concretos: patrimonio cultural, cine y libro y literatura. Finalmente también hemos querido hacer un breve análisis normativo de los principales aspectos culturales tratados en la Constitución Española de 1978 y en algunas anteriores.»

En este contexto queríamos aprovechar la ocasión para realizar un llamamiento a la participación en este proyecto que comenzó hace varios años y que se materializó el pasado mes de junio de 2011 con la aparición del primer número de la revista (hecho que ya anunciamos en este Blog: ROED, Revista Online de Estudiantes de Derecho y ROED, Revista Online de Estudiantes de Derecho (II)).

El primer número de la revista, con un monográfico titulado «Inglés y Derecho», se cerrará definitivamente en enero y el próximo número estará centrado en el tema «Derecho, Democracia y Justicia». Desde luego, cualquier aportación será bienvenida: para que un proyecto de estas características salga adelante es necesario el apoyo de todos y, en especial, de los alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid.

Por nuestra parte seguiremos colaborando con este proyecto, tanto difundiendo la actividad de la revista como realizando aportaciones en la sección que tan gentilmente nos han dedicado en la ROED: «Derecho y Cultura». Finalmente hacemos referencia a los artículos aparecidos hasta la fecha en el primer número:

- SANDRA SANZ CÓRDOBA: «El inglés como lengua de trabajo en la Corte Penal Internacional».

- MYRIAM VERDONK GALLEGO: «El inglés en los Moot Courts: El Philipp C. Jessup Moot Court».

- DIEGO ESPIGADO GUEDES: «Cómo resolver un caso práctico sobre...: responsabilidad patrimonial de la Administración».

- MARCOS JORNET MESEGUER: «La documentación jurídica en la formación del jurista».

- MARIANA LÓPEZ HURTADO y FRANCISCO JOSÉ VALENTÍN RUIZ: «Derecho y cultura: en torno a una definición y nexos de unión entre ambos conceptos».

viernes, 16 de diciembre de 2011

Tiempos modernos: la máquina de comer «Beloux»

Por Alba Vaquero Bernardo
Estudiante de Derecho, Facultad de Derecho UAM
II Concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM

El porqué del presente relato: bajo la titulación: «nosotros, los otros, imágenes de ciudadanía y exclusión» y con los largometrajes propuestos, he preferido elegir aquí el referente a los derechos de los trabajadores. Esto es debido a que se trata de un colectivo que ha sido uno de los grandes sufridores de la exclusión/discriminación en derechos, condiciones laborales, de vida, etc. y ello sobre todo en la época que narran los dos films que destaco.

Para analizar este tema, parto de una de mis pasiones, el cine mudo, de ahí la elección de dos de las grandes, que relatan el proceso de instauración del capitalismo salvaje en Europa: que en el caso de la primera de las películas «Tiempos modernos» (Charlie Chaplin) culminará con la crisis económica de los años 30.

La segunda de ellas «La Huelga» (Serguéi Eisenstain) que trata la historia de los trabajadores de una fábrica durante la Rusia zarista a la que también llega el proceso de industrialización.

La grandiosidad de ambas en el trato del tema que aquí se trata, viene por la constante utilización de metáforas visuales para expresar la situación de inhTiempos modernosumanidad que sufrían los trabajadores de las fábricas de la época; como el trabajador en este contexto se convierte en una máquina más, un objeto al servicio de la producción y del capital con interminables jornadas, trabajos sin medidas de seguridad, salarios bajos, etc. claramente ejemplificador de ello, en «Tiempos modernos» son las primeras escenas, en las que se compara a los trabajadores, saliendo del metro para ir a trabajar, con un rebaño de ovejas, o el colmo entre la necedad de la obtención de beneficios, ¡la máquina de comer Beloux! «Alimente a sus trabajadores mientras siguen trabajando», «elimine la hora del descanso, ya no la necesitarán».

Algo curioso y que se refleja bien en ambas es la continua obsesión del empresario por el control permanente de sus trabajadores, tanto es así que hay cámaras por todos los rincones de la fábrica, al pobre Charlot ni si quiera se le permite fumar en su tiempo de ir al baño, ¡Es una pérdida en la producción, vuelve al trabajo! No es de extrañar la crisis nerviosa que sufre nuestro cómico después de una larguísima jornada apretando tuercas de manera mecánica e ininterrumpida (sistema de producción en cadena Tayloriano). Por cierto que sobre esta escena, hay quienes dicen que sirvió sino de modelo, como mínimo de inspiración a Orwell para 1984 (personalmente creo en esta posibilidad, aunque sin restar meritos en ningún momento a este último).

La huelgaPor su parte, «La huelga», se trata del primer largometraje de Eisenstein, salió a la luz una vez fallecido Stalin y durante el mandato de Lenin, las ideas más o menos afines al régimen y de clara tendencia comunista, hicieron, que la carrera cinematográfica de Eisenstein se desarrollara sin problemas, sobre todo, a efectos de censura; además cabe destacar aquí la importancia a nivel de dirección que ha tenido este director en la historia cinematográfica, técnicamente fue pionero en la técnica del montaje, entre otras y por lo tanto modelo a seguir por los creadores de cine moderno.

La película comienza con miedo, desorden, se crean dos ambientes de tensión paralelos, los trabajadores que comienzan a organizarse y temen ser descubiertos, no llegar a conseguir sus fines y por lo tanto continuar en una situación de explotación. Y por otro lado la tensión de los dirigentes de la fábrica que empiezan a sospechar de las actuaciones organizadas.

La necesidad de organizaciLa huelgaón proletaria que en la época de la industrialización se hacía tan necesaria, en gran parte por las arbitrariedades de los directivos, que en el caso de «la huelga» llega hasta el punto de que un trabajador inocente acusado de robo en la fábrica se suicida (se entiende que ante la presión psicológica de los malos momentos por los que pasa… se le explota en la fábrica, recibe un trato inhumano (se les llega a comparar animales en el matadero cuando son aporreados por la policía en connivencia con los directivos, por secundar la huelga) y a todo ello hay que añadir que el mísero sueldo que gana en la fábrica no llega ni para alimentar a su familia).

Un hecho relevante a efectos de los posibles mensajes que la película quiera mandar es el momento en que estalla la huelga, (en el minuto 20:55) al abandonar la fábrica, los trabajadores en masa, se aprecia como hay niños con ellos (esta denuncia la realiza Eisenstain a través de una escena curiosa, en la que haciéndonos parecer que están ahí por casualidad, coloca en la masa de trabajadores que huyen, en las primeras filas a los niños para que claramente los distinga el espectador e inmediatamente el resto de trabajadores, se trata aquí de un mensaje de protesta contra el trabajo infantil por un motivo muy sencillo, en una huída no habría tiempo de esa colocación tan minuciosa y sin embargo así salen para que el espectador no se deje el detalle de la cantidad de niños que trabajaban en la fábrica).

Son tantas y tantas las apreciaciones que en esta película se podrían hacer sobre imágenes de exclusión que resulta imposible mencionarlas al completo en este pequeño comentario, pero seleccionando algunas de ellas, me parece también interesante el símil que se hace en el momento de la huelga con una escena de los accionistas en la cual, momentos después de mofarse de las condiciones exigidas por los trabajadores los compara con un exprimidor de zumos, es decir, solo hace falta hacer un poco de fuerza, presionar, para que la máquina saque el jugo del limón, solo es necesario enfrentarse a los trabajadores, reprimiéndoles (mientras tanto, la policía les apalea en las calles) para que todo siga su curso.

Y es que, como declaró Charles Chaplin en una ocasión «El paro es la cuestión vital, la maquinaria debería beneficiar a la humanidad, no debería significar la tragedia y el paro».

El texto completo de esta entrada se encuentra en el siguiente enlace.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Nosotros

Por Juan José Peset Pérez
Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid)
II Concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM

Nosotros, ¿Quiénes somos nosotros?: podríamos definir Nosotros como los estereotipos que la sociedad misma ha creado, basándose en una exclusión que depende o bien del color de la piel o bien de sus capacidades físicas y psíquicas o también por modas, gustos también llamado «tribus urbanas». Los otros, esta es la gente que no esta dentro de estos estereotipos. Desde el comienzo de la vida humana ha habido una exclusión por aquellos seres que podríamos llamar «normales» y los que a diferencia de ellos tienen defectos y podemos denominarlos «raros» e incluso discapacitados.

En la sociedad actual las personas se agrupan en colectivos según su estilo en la moda, ideología, deporte, música (también enlazado con la moda), color de piel, creencias religiosas, atracción sexual, enfermos y discapacitados o por el género (por ser hombre o mujer) creándose así una discriminación total en nuestra sociedad. Tanto es esto que hasta a veces se convierte aparte de en violencia verbal en violencia física solo por no pertenecer a un grupo ideológico o bien por creer en un cierto Dios, son dos ejemplos que pasan muy frecuentemente ya que los grupos socialmente dominantes no aceptan que la gente sea diferente a ellos.

«Nosotros, los otros, imágenes de ciudadanía y exclusión»… Podríamos responder a esta frase diciendo que en la sociedad humana no debería haber exclusiones ya que todos tenemos capacidades muy similares, ya que, al fin y al cabo somos la misma especie pero con distintas características específicas. Todos poseemos sentimientos (algunos más que otros) y todos poseemos una capacidad básica que solo posee el ser humano la capacidad de razonar y de pensar.

Por ese motivo al ser los únicos especímenes que poseen inteligencia y conocimiento de su propia identidad no solamente no debería haber ningún tipo de exclusión social sino que deberíamos ser conscientes de que todos juntos aportando cada uno su singularidad específica podríamos alcanzar metas impensables.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Salir de la concha y enfrentarse a la realidad

Por Alba Noguerales Elviro
Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid)
II Concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM

La idea de una ciudadanía perfecta, sin ninguna clase de exclusión, compuesta por personas tolerantes y altruistas formando parte de una sociedad en armonía, alberga la belleza de una utopía y esconde en algún lugar recóndito de sus planteamientos el brillo de la esperanza. La esperanza de que algún día llegue a ser una realidad que conviva entre nosotros, porque una ciudadanía así es posible.

Por supuesto, hablo de una ciudadanía mundial en la que todos participemos. Hay valores que no entienden de nacionalidades, hay valores que no pueden depender de ideologías y el respeto debe ser la base en la que se fundamente una sociedad tolerante que de verdad vele por el bienestar de todos los individuos que la forman, sin importar su raza, su sexo, su religión, su ideología o su edad.

Fotografía de Alba Nogales ElviroPor desgracia para todos, y pese a su viabilidad, ese día parece quedar muy lejano pues aunque alardeamos de la modernidad de nuestra sociedad, el individualismo es el valor en alza y se muestra como bandera de una población salpicada por el egoísmo y los prejuicios. El racismo, el machismo y la invisibilidad de las personas que necesitan ayuda están a la orden del día. Si bien es verdad que cada vez somos más conscientes de la igualdad entre personas sean de la raza o sexo que sean, todavía hay mucho trabajo que hacer en este y otros aspectos éticos que cojean entre la población.

En «a ciegas» o «ceguera», película basada en el «ensayo sobre la ceguera» de José Saramago, una enfermedad que deja sin vista a quien la padece, asola la ciudad y el gobierno, en lugar de prestar toda la ayuda posible a los afectados, les confina a una «cárcel» de olvido y exclusión, sin atención médica, sin ayuda de ningún tipo, tratando por todos los medios de desviar la vista hacia otro lado, tratando de cerrar los ojos para no ver el problema y eso es lo que finalmente consiguen, quedarse ciegos ya que la enfermedad es altamente contagiosa y se extiende a una velocidad de vértigo por toda la ciudad, por todo el país, por todo el planeta, dejando ciegos a todos. ¿A todos? No, a todos no. Curiosamente la única persona que no aparta la vista cuando descubre lo que está ocurriendo, la única persona que hace todo lo posible por ayudar a los enfermos, aún a sabiendas del riesgo que corre su salud, su propio interés, es esa persona que no esquiva el problema quien parece ser inmune a la ceguera colectiva. ¿Casualidad?

Quizá debiéramos seguir su ejemplo y darnos cuenta de que cerrando los ojos los problemas no desaparecen, lo que hacemos es alimentarlos para que crezcan. Quizá deberíamos dejar de mirar al suelo cuando se cruza en nuestro camino una persona ciega, o con alguna discapacidad, haciendo como si no existieran, quizá deberíamos levantar la cabeza y hacer todo lo posible por ayudarlas, tanto en gestos cotidianos como a mayor escala. Quizá deberíamos alzar nuestras voces ante las injusticias, ante la desigualdad, ante la discriminación, ante la exclusión. Quizá deberíamos luchar por mejorar la sociedad, demostrar que no somos seres abúlicos, pasivos y que nos preocupan los demás. Quizá todas las dudas sobran, quizá sea sólo cuestión de hacer lo que mejor se nos da, actuar de forma individualista, pero ahora con un matiz, que ese individualismo se refleje en actos que unidos, mejoren la comunidad, mejoren el mundo, porque es con la ayuda individual de todos, como llegará ese día, que habrá perdido su carácter utópico, pero no la belleza de sus planteamientos.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Reflexión sobre la película «A ciegas»

Por Blanca González Mariscal de Gante
Estudiante de bachillerato,Colegio Internacional Altair (Madrid)
II Concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM

El argumento de esta película nos sitúa en una gran ciudad desconocida en la que sus habitantes se vuelven ciegos repentinamente. Surge de forma misteriosa en una sola persona, y más tarde esta epidemia se extiende por toda la ciudad, sembrando el pánico entre los ciudadanos.

A raíz de esto, comienza el descontrol: nadie sabe de dónde proviene esta epidemia, ni cómo solucionarla. La medida más significativa que se toma es reunir a todos los habitantes contagiados en una serie de edificios comunitarios subdivididos en celdas.

Aquí, encontraremos a nuestros protagonistas, que paradójicamente representan al resto de la población afectada.

Al juntarse tantas personas diferentes y, lo que es más importante, personas aterradas, se produce una pequeña «sociedad» aislada y paralela a la existente; todo lo cotidiano desaparece para los personajes, que comienzan a demostrar su verdadera naturaleza, al encontrarse ante una situación desconocida.

Desde luego, existen una serie de valores y derechos irrefutables para ellos, pero en el momento en que todo se desboca, nadie sabe cómo actuar. Pero una cosa es clara: todos luchan por su supervivencia.

Individualmente, los personajes están conmocionados, pues un solo problema ha hecho que todo su mundo se viniera abajo, ya que no es algo que solo les haya afectado a ellos mismos, sino que ha afectado a toda la ciudad.

A partir de aquí surgen todo tipo de situaciones sociales, que en muchas ocasiones se han producido en nuestra propia historia: el deseo de dominar a los demás, la exclusión de lo diferente y la inexistencia de la libertad. Todo ello lleva a una serie de desgracias, como la muerte y la violación de los derechos más primitivos que poseemos los seres humanos.

Es curioso observar cómo todo el equilibrio social y el avance que se ha producido a lo largo de la historia se desmorona por un solo elemento perturbador. Ver cómo la tolerancia y el respeto se pierden de forma tan repentina, y ver cómo ante una situación difícil, cada persona muestra su naturaleza, enseñando una buena o mala voluntad.

Todos los valores morales que están tan divulgados en nuestra sociedad, pierden su significado ante la lucha por la supervivencia.

El escenario de la película es un lugar desconocido, que no nos sitúa en ninguna parte específica, y nos da a entender que algo como este suceso podría ocurrir en cualquier lugar, en cualquier parte, en cualquier persona.

Por ello, es muy importante que nos demos cuenta de que es necesario que todos contribuyamos al bien común, pues la epidemia de la ceguera reflejada en la película solo es un ejemplo de lo que podría pasar tanto individual como colectivamente si no somos capaces de ser empáticos y preocuparnos no solo por nosotros, si no por lo demás, por lo externo, aunque no lo «veamos».

Es obvio que es mucho más fácil ser «malo» que «bueno», pues el que tiene buena voluntad carga con la responsabilidad de cuidar a los demás, y no porque lo quiera, si no porque su propia moral le obliga (como es el caso de la protagonista, que paradójicamente es la única que puede ver, y por tanto, la que debe cargar con esta responsabilidad a sus espaldas).

Todos los personajes tienen su propia historia: tienen un nombre, una profesión, unos ideales, un pasado, en definitiva, una vida. Pero en el momento en que se contagian, todos se vuelven iguales, y tienen el objetivo de adaptarse.

Es por esto que al final de la historia, los protagonistas consiguen llegar hasta la casa del oculista y su mujer: tenían un objetivo común, y cada uno puso su empeño para que funcionase.

Al día siguiente de llegar a la casa, todos recuperan progresivamente la vista. Por tanto, podemos aprender de este relato que la ceguera que afecta a la población es una especie de «prueba» (que no tiene un origen ni un responsable definido) que nos reta a hacer lo más difícil: ser capaces de encontrar nuestro lado bueno para ayudar no sólo a nosotros mismos, sino también a los demás.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

«A ciegas»

Por Ángel Paniagua Tarancón
Estudiante de bachillerato,Colegio Internacional Altair (Madrid)
II Concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM

La ceguera blanca, esta enfermedad que se expande de manera fulminante entre la población, no surge sin otro motivo que el de examinar y poner a prueba cómo somos todos en realidad. Los ciegos necesitan de la ayuda y de la solidaridad de todos y en su lugar todo el mundo les da la espalda, empezando por el propio Estado, pasando por las autoridades y llegando hasta ser discriminados entre ellos mismos.

La cegueraEn sí misma la historia constituye una reflexión sobre los principios básicos del género humano; en primer lugar el miedo ante las adversidades desconocidas, en segundo lugar la necesidad de sobrevivir como único y primordial objetivo y en tercer lugar la capacidad de sobreponerse y de sacrificarse.

Cualquier persona tiene miedo ante lo nuevo y lo desconocido y en nuestra naturaleza está impresa la desconfianza que nos hace temer al cambio. Para todos en estas circunstancias existen dos tipos de reacciones, la de aislar el cambio o la de intentar adaptarse a las nuevas circunstancias, aunque la mayoría de nosotros elige el primer camino, negando la existencia de esa nueva realidad; el segundo es más difícil por lo que solo existe una minoría que lo practica, ya que superar retos conlleva complicaciones y esfuerzos.

En cuanto al segundo principio, es universal, todo el mundo se mueve por él pero, como en todo, existen dos vías, la vía del diálogo y la de la fuerza bruta. Ya que nadie niega que somos animales con raciocinio, se debería uno dejar llevar por lo que su razón le dicte, pero ante situaciones extremas la vía más cómoda y primaria de actuar es la violencia, apartando de nosotros esa razón que nos hace ser humanos.

Respecto al tercer principio, es el que la mayoría de la gente olvida, el principio de abnegación, solidaridad y compañerismo, en el que todos deberíamos estar involucrados, ya que somos seres que vivimos en sociedad, todos debemos colaborar para que ésta sea satisfactoria.

En conclusión podemos interpretar que los humanos somos simplemente una imagen y que en el interior existe esa «bestia» que cuando estamos en peligro emerge para lograr sobrevivir de la mejor manera posible.

lunes, 5 de diciembre de 2011

«A ciegas»

Por Carlos Amo Martínez
Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid)
II Concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM

La primera conclusión que he sacado a acerca de la película, creyendo que es está además la que más interesa denunciar ante el espectador, es la verdadera vulnerabilidad que poseemos al depender, y sin darnos cuenta de ello, pues se trata de elementos presentes en nuestros quehaceres diarios, de las pequeñas cosas, de objetos, personas, sentidos… tan presentes en el día a día que es probable no darnos cuenta de que algo está fallando hasta que ya es demasiado tarde y has de depender de dicho objeto, persona, sentido… que ya no posees y que tanta falta te hace en ese preciso momento.

Imagen de Carlos AmoLa película es una clara crítica a la actual sociedad que el humano ha ido desarrollando, prácticamente desde que el primer antepasado nuestro pensara coherentemente realizar algo por su supuesto bien y no de modo instintivo, como podría haber hecho un australopitecos. Hemos creado una sociedad compuesta por múltiples cosas las cuales, cada una, independientemente de su tamaño o función, están presentes en nuestra vida y requerimos de ellas para la composición final de nuestras autodefinidas jornadas. La desolación que presentan estas grandes ciudades, las que calificamos de centros de negocios, con la necesidad de satisfacer todas nuestras necesidades como persona, es decir, vitales para nuestra supervivencia. De lo importantes que muchos nos creemos, vitales para la sostenibilidad del planeta, y de cómo si como humanos nos falla algo, todos somos iguales ante todos, e igual de desgraciado es el presidente del Estado que el pobre desaliñado que pide limosna. De, como decía antes, lo que nos podemos llegar a creer que en verdad hemos avanzado, que la técnica ha mejorado nuestra calidad de vida, que cada vez seremos más eficientes y tendremos la vida más fácil. Ilusos los que creen en ello, que no se paran a pensar en las consecuencias externas de su «gran creación» (sobreexplotaciones) e internas (daño a la naturaleza humana, dependencia creciente de nuestras creaciones). Nos perdemos como humanos, nos perdemos a lo que podemos llegar a conseguir si se siguiera el camino que la naturaleza nos ha impuesto.

Efectivamente, nos basamos, desde que el hombre fue hombre, desde que el hombre pensó para su bien ante una necesidad, hemos creado una sociedad cuyos cimientos se basan en el constante egoísmo del individuo, de su máximo beneficio. Lo que hemos hecho ha sido tapar con nuestras creaciones, denominados «logros de la humanidad», el camino a seguir, nuestro concepto como humano individual y como población de la misma. No dependemos de las ciudades, las ciudades dependen de nosotros, y es nuestra obligación hacer de ellas un bien común que nos haga prosperar. Pero yo hablo de prosperar, y no esto que hoy en día se comenta, la economía.

Finalizo esta reflexión para apuntar otro buen detalle de la película, que en cierto modo refuerza la idea que he explicado antes. Los perros, los animales fueron capaces de sobrevivir ante la crisis que en la película sufrieron. Ellos no quedaron ciegos, solo siguieron su camino, su instinto. Hablamos de crisis cuando nos afecta a nosotros, los humanos. La razón es una cualidad que por ley natural nos hace ser superiores al instinto animal, lo cual genera una supervivencia más compleja, a mayor sofisticación de nuestro modo de hacerlo. El animal goza de sus límites, pero es el animal el que no alcanzará más de lo que tiene, sin embargo nosotros, podemos jugar con la razón, pero la razón tiene un camino, un camino igual de grueso equivalente a toda idea que surja de la cabeza de una persona, pero al fin y al cabo, un camino único, que nos lleve al sumun de nuestra especie.

Nuestra sociedad genera desigualdades, no, genera el pensamiento de ser superior unos de otros, y eso genera malas políticas y economías, como ese «reinado de la sala 3», donde el que manda es que por fuerza supera al resto y por tanto el que impone su autoridad sobre el resto. No funciona bien este sistema, es palpable esta evidencia, ¿cómo sino se generó ese caos, ese desorden en la ciudad? Donde la vida, más importante que cualquier objeto que he nombrado al principio, es la que se pone en juego, y del modo más absurdo posible. Morimos porque nuestro sistema está diseñado a nuestros errores, pero qué ocurre cuando en la utopía de cuidad no somos capaces de sobrevivir porque ha sido la ciudad misma la que nos ha comido al fallarnos nuestras cualidades básicas, es decir, nuestras cualidades como raza humana.

Debemos aprender a depender de nosotros y no de un organismo vivo como el que llamamos ciudad, nación, territorio. No hay territorios, no hay naciones, hay tierra, una tierra en la que debemos desarrollarnos como humanos, y solo como humanos, en armonía con la naturaleza, nuestros orígenes, y nuestra razón para hacerla más grande por el verdadero camino.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Reflexión sobre la película «A ciegas»

Por Paloma Heredia Acosta
Estudiante de bachillerato, Colegio Internacional Altair (Madrid)
II Concurso «Mejor entrada» del Blog Derecho y Cultura-UAM

Esta comienza cuando un hombre se queda de repente ciego en medio de la carretera. Todo el mundo pasa, y nadie le hace caso. Solo pitan y pitan quejándose de que está parado en medio sin dejar paso libre. Tan solo unas pocas personas se quedan a ver qué es lo que le pasa. Otros se quedan mirando sin hacer nada. Uno de ellos le ayuda llevándole a casa en el coche del recién enfermo. Pero le roba el coche.

Ante la novedad que le supone esta nueva situación, no se siente a gusto y dice: «Prefiero morirme a quedarme así». Este es el efecto que le produce el no poder ver nada, cuando todo antes lo conocía.

Tan sólo en estos 7 minutos vemos reflejado la situación que se produce cuando alguien sufre accidentes, enfermedades, etc. La gente hace oídos sordos y no se preocupa. Tan solo atienden a los necesitados muy pocos.

Aunque alguno de estos lo hace con malas intenciones. «¿Qué clase de persona es capaz de robar a un ciego?, ojalá se quedase ciego él también.» Estas son las palabras textuales del primer personaje que se queda ciego. Muchas personas ayudan a enfermos con una intención diferente a la que debería ser, que se sientan a gusto en la sociedad, hecha para personas sin ninguna discapacidad.

Ante la duda de que será esto, van al médico. Los personajes que aparecen se quedarán ciegos. Aparece la figura de una señora, la madre de un niño que lleva esperando durante una hora. No es consciente de que a ese hombre le ha aparecido de repente esta enfermedad. Espera impaciente su cita sin importarle nada de lo que pasa a su alrededor. Interviene otro hombre, que sufre ceguera de un solo ojo y le dice que está peor. Representa la figura de aquellos que nos recuerdan cada día de que hay personas que están peor que nosotros y que no debemos quejarnos por cualquier pequeña cosa.

La población se va quedando ciega. Les empiezan a recluir. La mujer del médico se hace la ciega y se va con su marido. Se van organizando en salas.

Uno de ellos tiene una herida, y piden ayuda a los militares, pero no les hacen caso. Vemos como ante la falta de información que tiene el exterior sobre esta enfermedad y el miedo al contagio excluyen todo aquello que sea diferente.

Poco a poco van conociendo el sitio, van guiándose por ella. Conocen su pequeña ciudad. Los enfermos se van adaptando, la conocen a su manera y la tratan a su manera.

Cuando escuchan música sienten nuevas sensaciones, escuchan algo nuevo, algo como si les diera más vida, vida que significaba algo más de fuera, del exterior, que no habían visto durante cierto tiempo, les dio fuerzas.

Empiezan a morir, les tienen que enterrar en el patio. Para conseguir una pala, la mujer debe salir, para que no se den cuenta de que ve, sigue las indicaciones del militar. Este la toma el pelo. Demostramos con esto como hay personas que se aprovechan de discapacitados para echarse unas risas, mientras que esta persona sufre al no poder reaccionar o devolvérsela del mismo modo. En este caso la mujer le saca el dedo y el militar se queda alucinado.

Llega el problema del racionamiento de la comida. Una sala se apodera de ella y la reparte a su favor. Les ofrecen la comida a cambio de joyas o dinero. Se forma entonces un sistema absolutista, donde esta sala es la que manda.

Al acabarse las joyas, piden sexo a cambio de comida. No tiene otra opción. Cuando te chantajean con algo tan básico como la comida no hay más remedio que aceptarlo ya que no tienes otra salida en un sitio así.

Pero en todo sistema totalitario hay una revolución. Se empiezan a manifestar poco a poco. Hasta el punto de que llegan a matar al líder de este sistema.

La sociedad sigue en vilo con esta enfermedad, nadie sabe por qué se ha dado, se reúnen todo tipo de médicos pero no saben nada acerca de esta. Se interesan en sí por la enfermedad, pero no por aquellos que la están sufriendo. Aquellos que viven discriminados y sin un nivel de vida mínimo saludable.

Hay un momento en el que nadie les hace caso, entonces se presenta la posibilidad de salir al mundo exterior. Incluso queman el lugar.

Descubren un nuevo mundo, un mundo en el que está todo desolado y todos se han quedado ciegos. Entonces cada uno se da cuenta de la importancia de la vista y es ahí cuando valoran esta y el peso que tiene este sentido en el día a día. Nos permite llevar a cabo la mayoría de actividades. Sin embargo no la valoramos del todo.

Entonces es ahí cuando en la película luchan por sobrevivir y por conseguir una cama en la que dormir plácidamente. Se producen peleas por conseguir comida, y deben ir con mucho cuidado cuando la mujer del médico la consigue.

Están, en casa del matrimonio, los principales protagonistas, y, repentinamente, el primer chico que se había quedado ciego vuelve a ver. Valorando así la vista. Poco a poco volverán a recuperar la vista.

Esta película nos quiere hacer reflexionar, no solo por la suerte de poder ver, sino también por los diferentes problemas que están presentes como la discriminación, la exclusión y los demás temas tratados aquí. Deberíamos ponernos en la piel de estos personajes y no solo en ellos, también en la de las personas de la realidad y sentir lo que sentiríamos en su piel. Una vez en la clase de educación física nos pusimos unas gafas de buceo con algodones para no poder ver nada. La experiencia fue útil para ver como se sienten ellos y poder cambiar el mundo facilitándoles las cosas. Pero realmente a nadie le gusta no ver en un mundo donde todo cada vez es más visual y todo crece en contra de los discapacitados.