Apocalypto (2006), dirigida por Mel Gibson, es una historia sobre la brutalidad de la raza humana. A nuestro entender el objetivo de este film no es narrar la decadencia del Imperio maya sino mostrar la crueldad con la que los humanos son capaces de tratar a sus iguales. Tampoco es una justificación a la conquista española del continente a pesar de que hay claras alusiones a este hecho.
La historia comienza con la vida cotidiana de un poblado indígena de la selva del actual México que se ve abruptamente interrumpida por unos invasores que, por la fuerza, capturan a hombres y mujeres, abandonando a los niños a su suerte. Una vez prisioneros, son trasladados a una gran ciudad maya en la que la finalidad de los hombres es la de servir como sacrificio para los dioses y la de las mujeres es ser vendidas como esclavas en el mercado.
Los sacrificios pretendían saciar la sed de sangre de los dioses que mostraban su ira con sequías, hambrunas o, como en este caso, con epidemias que asolaban a la población. A estas epidemias se han referido algunos autores como una de las posibles causas del descenso de la población y que podría ser una de las más importantes causas del declive del Imperio.
Sea como fuere, la forma de narrar los sacrificios es estremecedora. La sangre está presente en todo momento y no se ocultan los detalles de las ejecuciones, ni la forma de deshacerse de los cadáveres.
Los diálogos están desarrollados en maya yucateco pero de cualquier modo son prácticamente innecesarios: las actuaciones de los actores son suficientes para hilar la historia. Hasta tal punto la película está bien narrada que prácticamente desde el principio el espectador se siente parte del devenir del protagonista.
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