El día 25 de abril falleció María Isbert (1917) secundaria de lujo del cine de comedia español pero, sobre todo, actriz teatral. No obstante, compaginó su carrera entre teatro, televisión y cine llegando a participar en cerca de 250 películas. Y ello pese a que su padre, Pepe Isbert (1886-1966) hubiese preferido, en principio, que no siguiera sus pasos, aunque más tarde ella reconocería que todo lo que logró fue gracias a su padre junto con el que desarrolló sus primeros papeles en el cine «La vida empieza a medianoche» (1944) o, más tarde, «El verdugo» (1963).
También hay que destacar la otra gran faceta de su vida, su familia. Madre de siete hijos, pudo compaginar su abultada carrera con su vida familiar en un tiempo en el que este hecho no era entendido como una virtud y que convierte a María Isbert una adelantada para aquella época además de una fabulosa actriz.
Ha recibido multitud de premios a lo largo de su vida, el más importante de ellos la Medalla de Plata de las Bellas Artes (1987), pero además era Académica de Honor de la Academia de las Artes Cinematográficas de España (2008) y obtuvo galardones como el Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos (1945) o el Premio Nacional de Teatro Pepe Isbert de la Asociación Amigos de los Teatros de España (1999).
Con esta entrada pretendemos realizar un sencillo homenaje a la actriz y, a la vez, fomentar el cine español y, en especial, el cine cómico más clásico pues, como hemos señalado en otras entradas, creemos que algunos de los ejemplos de este género han sido injustamente criticados, sobre todo en los últimos tiempos. En esta ocasión recomendamos tres películas: «El verdugo» (1963) la última película en la que participó Pepe Isbert; «Cómo está el servicio» (1968); y «La guerra de papá» (1977).
«El verdugo» (1963) dirigida por Luis García Berlanga nos muestra cómo Amadeo (Pepe Isbert) trata de convencer a José Luis (Nino Manfredi), su futuro yerno, de que acepte su puesto de verdugo. Todo ello tiene un objetivo claro, Amadeo, próximo a jubilarse está esperando el piso que le corresponde por su condición de funcionario pero, es posible que su retiro llegue antes y, por tanto, el piso no le sea concedido. Bajo estas circunstancias, José Luis es su última esperanza, aunque él no está convencido de su capacidad para ajusticiar a ningún reo y, por este motivo tratan de convencerlo de sus servicios nunca serán requeridos. Esta película es una clara crítica a la pena de muerte solo que tremendamente divertida y sin necesidad de recurrir a grandes repartos hollywoodienses.
«Cómo está el servicio» (1968) dirigida por Mariano Ozores. La historia se centra en Vicenta (Gracita Morales) que viaja de su pueblo a Madrid con la intención de trabajar como sirvienta. Sin embargo no es tan sencillo como pensaba y no parece encontrar una casa en la que desarrollar su labor. Su primo Manolo (José Luis López Vázquez) que se gana la vida estafando a jóvenes chicas embaucadas ante su promesa de matrimonio, es el que la acoge. Esta comedia es un reflejo de la sociedad de la época y, como tal, ha de entenderse en su contexto.
«La guerra de papá» (1977) dirigida por Antonio Mercero. Héctor Alterio es el padre autoritario de una familia acomodada incapaz de olvidar la Guerra Civil que vivió de cerca y que impregna todas sus conversaciones, de ahí que para el más pequeño se trate de «la guerra de papá». Sin embargo la trama gira en torno a Quico (Lolo García) que acaba de tener una hermana y siente su posición «amenazada». Otra interesante instantánea de la sociedad y de la infancia.
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