«Demando a mis padres por los derechos sobre mi cuerpo» con esta frase de Anne (Abigail Breslin) ante el abogado Campbell Alexander (Alec Baldwin) se inicia la trama principal de «La decisión de Anne» (2009) de Nick Cassavetes. Y es que Anne fue concebida mediante selección genética para servir como donante para su hermana Kate (Sofia Vassilieva) enferma de leucemia desde los dos años.
El historial médico de las intervenciones a las que ha sido sometida Anne es increíble. Nada más nacer fue utilizada la sangre de su cordón umbilical y en sus cortos 11 años de vida ha pasado por 8 hospitalizaciones, 6 cateterismos, 2 extracciones de médula ósea… y ha tenido que enfrentarse a varias complicaciones derivadas de estas intervenciones. Ahora, la única esperanza para su hermana Kate es que le done uno de sus riñones para que pueda seguir adelante.
El tema es muy interesante y, hasta ahora, no había sido tratado en el cine. Desde el principio se plantea el conflicto ético relacionado con la utilización de unos hijos para salvar a otros. En este sentido Sara Fitzgerald (Cameron Diaz), la madre, está dispuesta a cualquier cosa para salvar a su hija y nadie en la familia pregunta a Anne en ningún momento si está de acuerdo con las donaciones a las que es sometida. El papel del padre (Jason Patric) está relegado a un segundo plano y es el que más dudas plantea acerca de la decisión de tener una hija seleccionada genéticamente, sin embargo no es hasta 11 años después (tras interponer Anne su demanda de emancipación) cuando comienza a cuestionarse la actuación de la familia respecto a ella.
El proceso judicial subsecuente tiene por objeto que la demandante sea capaz de tomar decisiones médicas de forma autónoma. Y la cuestión es compleja puesto que la edad legal de emancipación en el Estado de California (en el que residen) es de 14 años mientras que Anne, ya lo hemos dicho, tiene 11. En España la edad para la concesión de la emancipación es de 16 años y, en este caso se realizaría por concesión judicial. Pese a todo, el proceso sigue adelante pero será necesario ver la película para descubrir el resultado.
Por otra parte, la interpretación de los actores es excelente, destacando el cambio de registro de Cameron Díaz que nos tiene acostumbrados a papeles cómicos. En la película realiza una interpretación muy convincente, con muchos matices relacionados con la enfermedad de su hija y que forman parte de actuaciones que son comunes en familias con hijos con leucemia u otros tipos de cáncer.
Recomendamos este film, no solo por los temas que trata, sino porque es un estupendo drama que no deja indiferente.
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