miércoles, 5 de febrero de 2014

La edición del libro en España: situación actual y perspectivas de futuro (II)

El pasado 29 de enero de 2014 se celebro en la Residencia de Estudiantes la conferencia «La edición del libro en España: situación actual y perspectivas de futuro» organizada por el Máster en Propiedad Intelectual,Industrial y Nuevas Tecnologías de la Universidad Autónoma de Madrid.

Rodrigo BercovitzAbrió la conferencia el director honorario del Máster, Rodrigo Bercovitz, encargado de presentar a cuatro ponentes de primer nivel: Antonio María Ávila (Director Ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores deEspaña); Javier Celaya (Experto en nuevas tecnologías en el sector cultural, dosdoce.com); Manuel Rico (escritor y crítico literario); y Javier Santillán (Gadir Editorial). Rodrigo Bercovitz inició el tema del debate para que cada ponente mostrara su opinión: el estado de salud de la industria editorial y el futuro del libro en papel. El precio fijo del libro, el papel del editor en el siglo XXI y el estado de la cultura del libro fueron algunos de los otros temas tratados en esta sesión.

Antonio María Ávila

Contestó directamente a la cuestión lanzada por el profesor Bercovitz con la afirmación: «la salud es frágil pero de hierro». También indicó que para entender la salud del mercado editorial es necesario analizar los mercados interior y exterior y el negocio de las filiales. Todavía más del 90% de la facturación del sector editorial es en papel mientras que solo el 3% está relacionado con el libro electrónico. Este valor es superior a países de nuestro entorno como Francia y Alemania e inferior al de países anglosajones como Reino Unido (en torno al 6% del negocio).

Antonio María ÁvilaResaltó la mala situación del mercado interior del libro y comparó el sector con el automovilístico, para el que se ha diseñado diversas ediciones de planes de fomento a la adquisición de vehículos (Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente-PIVE) pero que sin embargo no se ha planteado un plan de estas características para el sector del libro. Para Antonio María Ávila, los destinatarios de este plan de fomento de la adquisición de libros deberían ser las bibliotecas (cuyo presupuesto se ha visto ampliamente reducido en los últimos años) o debería subvencionarse la adquisición de libros de texto (cuyas ayudas públicas se han suprimido completamente en los últimos años).

Puso de manifiesto el poco valor de la cultura en nuestro país refiriéndose a la aceptación y permisividad por parte de la sociedad de obtener contenidos culturales de forma ilícita. En relación a este hecho habló del derecho a la cultura gratuita surgido en Internet. Antonio María Ávila indicó al respecto que si un usuario no paga la factura del proveedor de servicios de Internet este suprime automáticamente su conexión sin tener en cuenta este defendido derecho.

En cuanto a la industria del libro, cabe destacar que, aunque España es muy oligárquica en todos los sectores económicos, el editorial es un caso paradigmático respecto a su competencia (2/3 de las editoriales españolas son independientes). Esto en gran medida está propiciado por el precio fijo del libro.

Por otra parte opinó acerca del papel del editor. Este consiste en crear información útil y de calidad. Este papel permite ofrecer una diferenciación con respecto de las obras autoeditadas que, en general, son de baja calidad.
Finalmente habló de la situación de descontrol relacionada con la piratería del libro electrónico. Se han disparado las descargas ilegales y hasta hace poco España era uno de los países incluidos en la lista negra de la propiedad intelectual como uno de los peores países en cuanto a la vulneración de los derechos asociados. Y además, cuanta más oferta legal hay, más piratería se produce o, al menos, esta es la experiencia actual del sector.

Manuel Rico

La larga trayectoria de este escritor le ha permitido vivir de primera mano los cambios que se han producido en el sector en las últimas décadas. El ecosistema del libro caracterizado tradicionalmente por su seguridad se ha ido resquebrajando a medida que se han impuesto las tecnologías de la información y las comunicaciones.

Rodrigo Bercovitz, Manuel Rico y Javier CelayaAhora el libro se tiene que ir adelantando por capítulos a su público, abriéndose paso en las redes sociales, en foros y blogs, etc. Son las redes sociales los medios para dar a conocer los libros y los tiempos de las presentaciones públicas quedaron atrás.
En el futuro, es posible que los libros se puedan publicar sin ningún tipo de intermediario, las plataformas podrán corregir la ortografía de los textos pero quizá sigan siendo necesarios los editores.

Es indudable que todo lector utiliza ya varias pantallas para llegar al libro por lo que es fundamental asumir lo digital. Él cree que hoy se lee más que nunca, aunque de forma diferente.

Pronostica que el libro derivará en un nuevo artefacto cultural con otro nombre que mezclará distintas realidades pero el libro seguirá existiendo también en su soporte editorial tradicional y convivirá con estas nuevas realidades.

También destacó el serio problema de la televisión pública que salvo pequeñas excepciones, no se encarga de fomentar y difundir la cultura del libro.

Javier Santillán

Indicó que la regulación del precio único es la pieza fundamental que ayuda a mantener una buena competencia en el sector. Muchas instituciones subsisten gracias a esta regulación que no existe en los países anglosajones, lo que ha provocado que la mayoría de las editoriales independientes haya desaparecido.

Javier Santillán y Antonio María Ávila

En España hay una gran variedad editorial a buenos precios. Hay quienes opinan que debería dejarse el mercado a la libre competencia pero esto haría que los grandes impusieran una posición de dominio.

Por último indicó que los medios de comunicación están haciendo un daño tremendo al sector del libro y citó una frase de Juan Marsé «El verdadero Ministerio de Cultura en España es la televisión». Y es la televisión precisamente la que no atiende al mercado del libro (no hay programas dedicados).

En la sala se debatió sobre el porcentaje que los autores reciben del precio del libro (en torno al 10%) y se comentó lo escaso de esta parte en el caso del libro electrónico. Javier Santillán indicó que hay un gran número de autores dispuestos a publicar sin cobrar nada en absoluto y que, en ocasiones, se ven obligados a rechazar obras de excelente calidad pero de escaso valor comercial. Es una de las consecuencias de que en un país exista un millón de lectores y dos millones de escritores, según comentó irónicamente Santillán.

Coincidió con Antonio María Ávila en que el papel del editor es fundamental como filtro en un maremágnum de textos de todo tipo, autoeditados en plataformas y que proliferan por toda la Red.

Javier Celaya

Asumió el cargo de profeta digital asignado por Rodrigo Bercovitz aunque indicó que prefería autodenominarse «Evangelista digital». Apunto a que solo hay que bajar al suburbano para ver que las pantallas se han impuesto (e-reader, smartphones...). Este hecho obliga, a su entender, a la industria editorial a que se adapte a las necesidades actuales de la sociedad. No puede mantenerse como hasta ahora porque la sociedad exige cambios, sirva de ejemplo la desaparición de 400 quioscos de prensa en 2013. La adaptación a los cambios supone la asunción de nuevos retos como, por ejemplo, la posibilidad de permitir la reventa de libros electrónicos.

El libro como objeto también se ha devaluado debido a que también se han publicado en papel obras de calidad dudosa (por lo que no puede acusarse solo a Internet de la mala calidad de los textos).

Manuel Rico y Javier CelayaJavier Celaya opina que el precio único es insostenible en Internet y que hay otras medidas para proteger librerías y pequeñas editoriales. No se puede operar en el siglo XXI con leyes del siglo XX porque el entorno social y tecnológico ha cambiado radicalmente.
Para él el reto es saber cómo transformar la industria y le preocupa especialmente el estancamiento de las ventas en digital. Cree que los editores del siglo XX han sido fantásticos para seleccionar historias pero que está por ver dónde está el editor del siglo XXI.

Celaya afirmó que el debate sobre el papel del editor en el siglo XXI deberá retomarse durante los próximos años si atendemos a las enormes posibilidades que ofrecen las plataformas de autoedición.

En cuanto a la piratería, indicó que las cifras son muy difíciles de calcular pero cree que hay poca oferta digital. No obstante reconoce que no toda la culpa es de los editores, sino también de los autores y agentes y de la legislación vigente: los contratos tradicionales de edición no incluyen la publicación en electrónico por lo que para la creación de libros electrónicos es necesario suscribir nuevos contratos.

La solución sería: ampliar la oferta legal, ofrecer un sistema de precios dinámicos y proporcionar servicios asociados a los lectores y autores. Para Javier Celaya el futuro del libro encontrará su lugar en un entorno de esas características.

1 comentario:

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