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viernes, 25 de diciembre de 2015
Vida del estudiante universitario en navidades
Etiquetas:
Estudiantes universitarios,
Estudios estadísticos
sábado, 13 de junio de 2015
Las reglas de Ulpiano: la cultura jurídica clásica ahora en el mundo digital
Por: Julio César Navarro Villegas (iusromanum@yahoo.com.mx)
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
El autor de la obra: Julio César Navarro Villegas |
Domicio
Ulpiano, jurista del siglo III d. C., es un caso paradigmático en la historia
del Derecho. Forma parte del grupo de jurisconsultos de la época clásica tardía
del Derecho Romano (130-230 d. C.). Algunas de sus obras jurídicas quizá fueron
escritas durante el reinado conjunto de
Septimio Severo y Antonino Caracala (211 d. C.), pero la mayor parte de ellas
fueron escritas durante el imperio de Caracala (211-217 d. C.), especialmente
sus dos obras principales, los libri Ad
edictum y Ad Sabinum, cuando su
maestro Papiniano era praefectus
praetorio. Tras el exilio impuesto por Heliogábalo (218-222), el joven
emperador Alejandro Severo, con apenas 13 años, hace volver a Ulpiano y lo
nombra su principal asesor imperial, siguiendo frecuentemente los consejos de
Ulpiano para la administración del imperio. Bajo la protección del emperador,
Ulpiano asciende rápidamente: regente de
facto durante los primeros meses del reinado de Alejandro Severo, brindando
la asesoría y dirección necesarias para el adecuado funcionamiento del
gobierno, pese a existir otros candidatos con mayor experiencia, tanto política
como militar; magister scriniorum
(una especie de secretario particular); consiliarius (consejero imperial de
alto nivel); praefectus annonae (ministro de provisión de grano), y finalmente
praefectus praetorio (una especie de ministro del interior), poseyendo tanto
facultades de comandante de la guardia imperial como facultades administrativas
y jurisdiccionales, incluso en materia penal. Con ello, Ulpiano deja la ciencia
jurídica que había desarrollado en los años anteriores para involucrarse de
lleno en la política imperial. Pero en el verano del 223 d. C., según las más
recientes investigaciones papirológicas e historiográficas, una conjura de los
pretorianos acaba con su vida.
La época
de los Antoninos y los Severos (96-235 d. C.), cuya última parte corresponde a
los años en que vivió Ulpiano, presenció los logros más altos del Derecho
Romano, basándose en los fundamentos legados durante las últimas décadas de la
República y las primeras del Imperio. El derecho de este periodo, llegado a
nosotros a través de los textos recogidos por el emperador Justiniano en la
obra llamada Digesta, fue la piedra
angular sobre la que se construyeron los sistemas legales modernos; e incluso
en aquellos países donde el Derecho Romano no influyó formalmente sus sistemas
jurídicos, principalmente los del mundo angloparlante, las obras de los juristas
de la segunda mitad del siglo II y la primera parte del siglo III aún se citan
en los tribunales.
La obra de
Ulpiano es vastísima, aunque a nosotros sólo ha llegado fragmentada. Mención
especial merece su imponente Ad edictum
praetoris libri LXXXI (81 libros dedicados al edicto del pretor), un
análisis interpretativo detallado de los elementos que conformaron el edictum perpetuum praetoris urbani (edicto
perpetuo del pretor urbano), con alusiones a diversos senadoconsultos y
constituciones imperiales para un confronto detallado del tema a estudio. Muchos
casos planteados provienen de su experiencia profesional. Es la obra más citada
en el Digesto de Justiniano: 3003 fragmentos son ulpianeos. Otras obras del
autor son: Ad edictum aedilium curulium
libri II (2 libros dedicados al edicto de los ediles curules); Ad Masurium Sabinum libri LI (51 libros
dedicados a Masurio Sabino); Ad legem
Aeliam Sentiam libri IV (4 libros dedicados a la ley Elia Sencia); Ad legem Iuliam de adulteriis libri V (5
libros dedicados a la ley Julia de adulterios) y Ad legem Iuliam et Papiam libri XX (20 libros dedicados a la ley
Julia y Papia).
Una de
ellas merece particular interés en esta ocasión. La obra llamada Ulpiani liber singularis regularum, o
también Tituli ex corpore Ulpiani o Epitome Ulpiani, es un texto escrito por
el célebre jurista en sus últimos meses de vida del año 223 d. C., mientras
ocupaba el cargo de praefectus pretorio
durante el principado de Septimio Severo. Pese al debate sobre su autenticidad,
especialmente a la luz de la hipótesis que lo considera una edición resumida de
las Institutiones de Gayo, se observa en la estructura de la obra el intento de
agrupar una serie de instituciones y conceptos básicos del Derecho clásico que,
por su carácter compilatorio, busca ser un prontuario de reglas precisas e
inmediatas que ayuden a los nuevos funcionarios de la cancillería imperial a
ejercer de mejor manera su labor, facilitándoles y familiarizándoles con un
Derecho que comenzaba a verse como disperso y confuso a principios del siglo
III d. C. A diferencia de otras obras de cuño postclásico, como los Fragmenta Vaticana o las Pauli Sententiae, que se caracterizan
por una ruptura en cuanto al orden en la presentación de temas, el Epitome Ulpiani conserva la forma expositiva
propia de época clásica, inspirada sobre todo en el sistema sugerido por Quinto
Mucio, iniciando por conceptos generales y fuentes del Derecho, pasando por el
derecho de las personas y los bienes, y finalizando en el ámbito del derecho
sucesorio, buscando resumir reflexiones de obras previas más amplias realizadas
por Ulpiano a lo largo de 29 títulos o capítulos.
El estilo
del Epitome Ulpiani es más burocrático, dirigido a permitir un aprendizaje
fácil y rápido. Esto se necesitaba porque en el periodo severiano el
conocimiento de la ley se había convertido en una porta d’ingresso a los pasillos del gobierno. La pericia legal de
nuestro jurista pudo abrirle paso hacia la corte imperial, y en este sentido
decidió escribir, antes de su muerte en el 223, un manualito jurídico, “un
tratado elemental de derecho privado romano en un latín simple, preciso y
técnicamente seguro”, en palabras de Felice Mercogliano. En efecto, nos
hallamos ante un texto que busca resumir de manera inmediata obras más vastas
revisadas o realizadas por el jurista que representaron la cristalización del
Derecho clásico, con objeto de permitir a los noveles funcionarios una
familiarización rápida y concretísima de los aspectos fundamentales del Derecho
Romano, necesarios para la función burocrática que desempeñarían.
El texto,
transcrito en algún momento del siglo X d. C., pasó por infinidad de
vicisitudes hasta llegar a la Biblioteca Vaticana en 1689; desde entonces,
ilustres estudiosos como Savigny, Heimbach, Hugo, Böcking, Schulz, Krüger,
Huschke, Riccobono y Girard lo han estudiado y publicado en repetidas ocasiones
en lengua latina, mientras que estudiosos como Scott, Sciascia, Abdy, Walker y
Hernández Tejero lo han traducido al inglés, al portugués y al español a lo
largo del siglo XX y principios del siglo XXI.
Sin
embargo, hacía falta una moderna edición digital, adaptada a las necesidades de
nuestra cultura internáutica. Y esa es precisamente la que hoy se ofrece a
los lectores: la versión latín-español del Liber singularis regularum de Ulpiano,
que contiene un detallado estudio introductorio sobre Ulpiano y su obra,
así como reflexiones profundas sobre la autenticidad de este texto antiguo y su
valor en el mundo del Derecho. Además, el texto del Liber contiene un detallado
aparato crítico con puntuales exégesis para cada pasaje, lo que permite
entender cabalmente las instituciones jurídicas que Ulpiano va desarrollando.
En dichas notas se incluyen pasajes relacionados del Digesto de Justiniano, las
Instituciones de Gayo y de Justiniano, así como de obras literarias clásicas
que nos permiten contextualizar con precisión los aspectos históricos y legales
de la obra ulpianea.
La obra va
dirigida a todo estudioso del Derecho que desee fundar y enriquecer su cultura
jurídica con el estudio de las fuentes legales romanas que son base e
inspiración de nuestros sistemas jurídicos actuales: jueces, magistrados,
notarios, docentes, litigantes, doctrinarios y legisladores. Pero especialmente
va dirigida al estudiante de la carrera de Derecho, quien podrá tener a la mano
el texto que le permita confrontar las instituciones jurídicas analizadas en
sus cursos de Derecho Romano, con ánimo de empezar a crearse el criterio
jurídico necesario para la vida profesional.
Esta obra
fundamental del Derecho ya está disponible para su descarga en la tienda
Amazon; igualmente, para quien tenga aprecio por el libro tradicional, también
está disponible en versión impresa. Les invito a conocer la cultura clásica
jurídica de alto nivel en versión digital.
Esta obra se encuentra disponible en Amazon en el siguiente enlace.
martes, 14 de abril de 2015
Fueros reales y ordenanzas en el fondo antiguo del INAP: siglos XVI-XIX
El pasado día 23 de marzo tuvimos la oportunidad de visitar la nueva exposición organizada por la Biblioteca del INAP. En esta ocasión el tema principal gira en torno a los fueros reales y ordenanzas de los siglos XVI-XIX, un tema interesantísimo tanto desde el punto de vista de la historia del derecho como desde el puramente bibliófilo. De nuevo, la biblioteca nos sorprende con un brillante recorrido por la historia de nuestro derecho abarcando y recogiendo obras tan importantes como: El Fuero Real de España, la Recopilación de los estatutos de la ciudad de Zaragoza o la Colección de fueros y cartas pueblas de España, elaborada por la Real Academia de la Historia, y que puede considerarse como una de las principales fuentes de estudio de los fueros y cartas pueblas.
Si la exposición de «El Grabado en el Fondo Antiguo del INAP» dejó huella en aquellos que tuvimos la suerte de visitarla esta no lo es menos, en tonos claros y con un cuidado estilismo tal vez sea una de las exposiciones más elegantes a las que hemos tenido, como decimos, la suerte de poder visitar. Si a eso sumamos la magnífica explicación de José Manuel Valle, uno de los mayores expertos en fondo antiguo, no podemos menos que recomendar a todos nuestros lectores su visita. Desde el Blog Derecho y Cultura queremos dar la enhorabuena a todas las personas que han trabajado para que podamos conocer estas joyas bibliográficas y felicitar por su trabajo a la Biblioteca del INAP.
La exposición estará disponible desde el mes de abril hasta octubre de 2015.
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Derecho Administrativo,
Historia del Derecho
lunes, 6 de abril de 2015
El consumo de contenidos educativos por parte de estudiantes hispanohablantes
Por docsity.com
docsity.com ha elaborado una infografía en la que se analiza el uso que hacen los estudiantes de este portal dedicado a la puesta en común de información relacionada con carreras universitarias. Puede apreciarse que el sitio es mayoritariamente empleado por estudiantes de Derecho.
El estudio realizado en exclusiva en el sitio web de docsity no permite extrapolar los datos a otros sitios de Internet, pero ofrece datos interesantes acerca de cómo consumen información para desarrollar sus estudios.
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Estudios estadísticos
domingo, 22 de marzo de 2015
Vente a Alemania, Pepe II o perdiendo el norte
Lo cierto es que la crítica no habla especialmente bien de la última película de Nacho Velilla, «Perdiendo el norte» estrenada el pasado 6 de marzo de 2015. De ahí que mostráramos una cierta reserva por asistir al estreno. Pero también era cierto que varios conocidos nos la habían recomendado por ser una visión trágica y cómica al mismo tiempo de un problema tan grave como el del desempleo juvenil.
La impresión al acabar la sesión fue la de «ya hemos visto esta película». Y, a nuestro entender, así es. La película se llamaba «Vente a Alemania, Pepe» (1971, Pedro Lazaga) y poco tiene que envidiar a esta nueva versión actualizada. El tema central es el mismo: dos jóvenes españoles, Hugo (Yon González) y Braulio (Julián López) se convencen de que la solución a sus problemas laborales es emigrar a Alemania, persuadidos por el éxito de un personaje interpretado por Arturo Valls que es entrevistado en un programa del tipo «Españoles por el mundo» (así aparece en la sinopsis oficial del filme).
En «Vente a Alemania, Pepe» (1971), las redes sociales y los programas televisivos estaban menos desarrollados y Angelino (José Sacristán) convencía sin quererlo a Pepe (Alfredo Landa) de las bondades de emigrar a Alemania al llegar al pueblo (uno cualquiera de los de las películas españolas de siempre) en un flamante Mercedes.
Sin embargo, la realidad de la locomotora de Europa era/es otra bien distinta: sin conocer el idioma de poco sirven los títulos y la formación y, como alternativa, la mano de obra poco cualificada, además de escasa, está mal pagada. Como nos anuncia ahora Andrés (José Sacristán) si desconocemos nuestra historia, nos veremos obligados a repetirla. No por repetido el aforismo deja de tener su aquel: esto de la emigración a Alemania ya lo vivieron nuestros padres y abuelos y, aunque nos lo tomemos con guasa, no deja de ser una tragedia, la del fracaso social y educativo de España. Social porque nuestros gobiernos se han mostrado totalmente incapaces e insensibles con desempleados y gente en peligro de perder su vivienda y que al final la acaba perdiendo (por poner solo dos ejemplos). Y educativo porque no encontramos la forma de situar a nuestras universidades entre las mejores del mundo ni logramos diseñar titulaciones que realmente sirvan para la integración laboral de los jóvenes.
Yon González, Julián López y Blanca Suárez, protagonistas de la película |
Por todo ello nos parece que las referencias de «Perdiendo el norte» a «Vente a Alemania, Pepe» son evidentes. Incluso los momentos más emotivos de la película (de la mano de José Sacristán) son calcados a los protagonizados por Antonio Ferrandis: un anciano gruñón e incomprensivo cuyos sentimientos afloran al recordar lo que dejó en la patria que lo vio nacer.
José Sacristán, Alfredo Landa y Antonio Ferrandis |
En definitiva, no es una gran película, aunque entretenida y en ocasiones hasta divertida. Pero la historia principal, su principal punto crítico, ni es nuevo ni ha sido abordado de forma diferencial. Es más, algunos aspectos del argumento son casi inverosímiles, por forzados, en esta entrega.
No obstante, para llegar a esta valoración y retomar la actividad de este Blog tras unos meses de parón, es necesario haber visto las dos películas. De otro modo no se puede comparar. Nosotros nos quedamos con la de Pedro Lazaga, pero para gustos, colores...
Créditos de las imágenes:
1. Cartel de la película «Perdiendo el norte». Filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film554264.html
2. Cartel de la película «Vente a Alemania, Pepe». Filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film464404.html
3. Fotografía publicitaria de la película «Perdiendo el norte». Objetivo: cine: http://www.objetivocine.es/criticas-perdiendo-el-norte/
4. Fotograma de la película «Vente a Alemania, Pepe». Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=xe7CKE8CGwk
Etiquetas:
Derecho Laboral,
Política
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